Historiade un centro de investigación aplicadaFUNDACIÓNEn el corazón de nuestra propuesta metodológica está la integración coherente de las capacidades cognitivas, corporales, emocionales y reflexivas de cada persona. Este enfoque único busca potenciar el bienestar y el autoconocimiento, fundamentales para alcanzar una vida autónoma, plena y significativa.
No se trata solo de aprender, sino de vivir una transformación personal que permita a cada individuo descubrir su potencial y aplicarlo en diversos contextos sociales. Nuestro método crea un puente entre mente, cuerpo y emociones, promoviendo una conexión más profunda con uno mismo y con el entorno.
Porque el verdadero cambio comienza cuando te conoces, te integras y te empoderas.PERSPECTIVADesde su fundación en 1999, el Centro de Integración Cognitivo Corporal (CICC) ha sido un referente en el estudio del comportamiento y la experiencia humana. Con una visión que integra la neurobiología y la psicología, nuestro compromiso es claro: ofrecer espacios que inspiren reflexión profunda y prácticas que impulsen el desarrollo personal.
En el CICC, creemos que comprender el ser humano desde una perspectiva integral es clave para liberar su potencial y mejorar su calidad de vida. Por ello, nuestras iniciativas no solo se enfocan en el conocimiento, sino en llevarlo a la acción, brindando herramientas prácticas y accesibles que promuevan el bienestar individual y colectivo.PROPUESTANuestras iniciativas se sustentan en el Método de Integración Cognitivo Corporal (MICC®), un enfoque revolucionario que combina los fundamentos de la Biología del Conocer desarrollada por los Drs. Humberto Maturana y Francisco Varela, con los más recientes avances en neurociencia y fenomenología.
Este método no solo ofrece un marco teórico sólido, sino también una aplicación práctica que transforma la manera en que las personas entienden su mente, cuerpo y emociones. El MICC® abre las puertas a una experiencia de autoconocimiento integral, guiada por la ciencia y conectada con la vivencia humana.
Porque crecer y evolucionar comienza con comprender cómo experimentamos el mundo.